lunes, 30 de diciembre de 2019

A mi madre

"Me faltan manos"

No, mamá, te faltan alas. Y una estatua en la Plaza Mayor.

Y no soy creyente, ni patriota, pero le han pintado cuadros, escrito canciones y puesto altares a gente que merece menos que tú. Así que todo eso te pertenece como derecho inalienable.

No te faltan manos, te falta la vida que te quitaste y que invertiste en un proyecto sin fondos, ni "planning", ni perspectivas. Siendo el amor tu único aval y mujer en tiempo de hombres. Como lo hemos sido todas, hasta la fecha.

Porque tú, antes de ser mi madre, fuiste mujer en el mundo. Que, a veces, parece que se nos olvida, y yo cuando llegué a tu vida ya tú estabas hecha de batallas, alegrías, dolores e ilusiones. Ya eras alguien que no me necesitaba, porque sólo te necesitas a ti misma. Te bastas y te sobras, aunque nunca lo creyeras.

Pero aún así, mamá, decidiste que a ti algún día te faltarían manos. Y tiempo, y sueño, y noches, y vida propia.

Ahora yo también soy una mujer, en tiempo de hombres, con batallas, alegrías, dolores e ilusiones que se está creando un hueco en el mundo con todas las herramientas que tú le has dado. Te debo cada uno de mis pasos y voy a dedicarte cada una de mis huellas.

Porque un día, mamá, no te vi madre. Te vi a ti. Dejaste de ser ese ángel divino que esta sociedad te obligó a ser y te vi humana. Con tu historia, tus errores, tus miedos y todos los días grises que te guardaste sola.

Y te quise aún más.
Te admiré aún más.
Te entendí y entendí más cosas.
Por ejemplo, que sí existen las almas gemelas.
Y tú siempre serás el poema que lleve bajo mi piel.

Ojalá nunca me falten tus manos y yo pierda las mías por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario